Entro en la residencia. Todo parece igual que el año pasado: los mismos carteles, la misma decoración... incluso la misma gente. Suelto un pequeño bufido de disgusto.
"Qué aburrido. Creo que hoy no me espera nada nuevo..."
Camino entre la gente con paso sinuoso, saludando a un par de personas a mi paso hasta llegar a la sala de estar. Una vez allí, me tumbo lánguidamente en uno de los sofás y enredo una mano en mi pelo, jugueteando con los negros mechones.